Internet de las cosas y su impacto en el mundo empresarial

Puede que no exista un término menos atractivo entre tanto anglicismo que el de ‘Internet of Things’, ¿verdad? No parece que aquel que bautizara así a la interconexión
digital de los objetos tecnológicos cotidianos se estrujara mucho la cabeza, pero más allá del nombre con el que todos nos referimos ya a ello, hay que reconocer el impacto
que está teniendo en nuestras vidas. El Internet de las cosas nos está cambiando completamente la rutina dentro del hogar, pero no creas por ello que no está
impactando de igual forma en el mundo profesional.
Las empresas tienen claro que el camino acertado para encontrar el éxito es el de la máxima productividad sin perder de vista la responsabilidad social corporativa, que en
estos tiempos pasa sobre todo por el respeto del medioambiente. Y para alcanzar esta meta, el Internet de las Cosas es una herramienta fundamental. No se trata de
ordenadores conectados entre sí, sino de toda una compleja red interconectada, casi una especie de universo empresarial en el que se funden una serie de servicios que, trabajando unidos, mejoran la productividad de la compañía.
Al no ser sencillo entender cómo es el impacto del Internet de las Cosas en el sector de los negocios (si no eres un experto en la materia como lo puedes llegar a ser
gracias al master en IoT que se oferta en IMF) lo mejor es poner ejemplos concretos para tratar de explicarlo de la forma más sencilla y comprensible posible.
Interconexión de las máquinas Es lo más básico, pero no por ello se puede eludir porque es la primera pieza del engranaje que hace funcionar el Internet de las cosas. No hablamos de conectar los 10 o 20 aparatos electrónicos que tiene una vivienda, sino que en un entorno empresarial esta cifra se multiplica por varios ceros. Son miles de aparatos los que se interconexionan para obtener el máximo potencial en beneficio de los intereses de la compañía en cuestión, tanto en términos de mejora de rendimiento como de reducción de costes.
Más información
Las empresas poseen una cantidad de información mucho mayor y también más precisa, lo que afecta a diferentes niveles de forma positiva, sobre todo a la hora de tomar decisiones, algo tan importante en una estructura de negocios.
Automatización de procesos Esa cantidad tan enorme de datos que ahora manejan las compañías no sería posible si no existiera una interconexión de tal magnitud. A nivel humano no se alcanza nunca
la productividad de un sistema conectado gracias al Internet de las cosas. Por lo tanto, la automatización de procesos es, de nuevo, beneficiosa desde el punto de vista del rendimiento empresarial, ya sea mejorando el mismo como ahorrando costes.
Recorte de los tiempos
En realidad, todo son ejemplos en la misma dirección, la de la mejora de la productividad. Una forma en la que permite hacerlo el Internet de las cosas a las compañías es recortando tiempos gracias a la cantidad y la calidad de la información que recogen sus dispositivos inteligentes, que trabajan a un nivel de éxito mucho mayor al estar centralizados y comunicados entre sí.
Prevención de riesgos
Los datos acumulados también permiten a la compañía ser mucho más eficiente en un aspecto clave de su actividad: la prevención de riesgos. Estos pueden ser tanto errores
en la cadena de producción, sea cual sea su actividad, como prevención en el mantenimiento de sus bienes de equipo. Hay que tener en cuenta que se monitoriza absolutamente todo gracias al Internet de las cosas, de ahí que, al detectar fallos y posibles mejoras, se ahorre tiempo, daños y, sobre todo, dinero.
Responsabilidad social corporativa
Aunque pueda parecer difícil asociar tecnología a mejoras medioambientales, hay muchos caminos en los que ambas variables se encuentran. De hecho, el Internet de las cosas es fundamental para la eficiencia de los edificios, como bien saben todos los expertos. Está más que demostrado en el ámbito del hogar, por lo que solamente hay que extrapolarlo a un espacio todavía mucho mayor como es una oficina o una fábrica, por ejemplo. Del ahorro energético que permite se beneficia la empresa, ya que los costes descienden drásticamente, como el planeta, del que abusamos menos. Nada como controlar el entorno de trabajo apoyándose en la tecnología avanzada que permite el Internet de las cosas.
Mayor capacidad de adaptación al mercado
Al disponer de un volumen de datos sobresaliente, la capacidad de adaptación al mercado de las compañías que basan su actividad en la inversión tecnológica es mucho mayor de las que no poseen de semejante capacidad tecnológica. En la era de los datos, una de las grandes de poseerlos es que te permite reaccionar, con una toma de decisión acorde, a las oportunidades que aparezcan en el horizonte, las cuales pueden ser detectadas antes gracias a la información. Esto implica tener la posibilidad de ser más rápido tanto dentro de tu propio nicho como a la hora de detectar nuevos sectores hasta ahora no explotados.
Protección de la seguridad
Ya hemos citado la seguridad cibernética; es decir, cómo se puede prevenir un fallo o brecha en el sistema para evitar un problema grave. Pero también es una realidad que el Internet de las cosas protege la seguridad personal tanto de los empleados como de las instalaciones de la compañía. Se hace de igual forma: mejorando el trabajo gracias al control de todos los detalles, como por ejemplo la detección de las áreas de mayor tránsito, donde pueda ser necesario, por ejemplo, una mayor iluminación. Hay infinidad de detalles relacionados con la seguridad -los propios sistemas de alarma son otro de ellos- en los que impacta el Internet de las cosas.
Mejora la experiencia del cliente
Finalmente, un último ejemplo de cómo el Internet de las cosas impacta a nivel empresarial, es que se trata de una herramienta bidireccional. La empresa, como hemos visto, mejora todo lo posible en sus diferentes aspectos internos, pero también lo hace de cara al cliente, que se ve beneficiado del Internet de las cosas porque puede disfrutar de una experiencia mucho más satisfactoria.
Evidentemente, si una compañía no tiene la capacidad de desarrollar un canal de venta online competitivo, el cliente tiene una experiencia peor. De ahí la importancia de la inversión tecnológica también desde el punto de visto del potencial usuario.

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